Continuando con la serie de artículos destinados a informar sobre los métodos de tratamiento de la insuficiencia venosa, varices y situaciones afines (arañas vasculares), esta semana trataremos un grupo de medidas que llamaremos conjuntamente higiénico-posturales.
Existen diversos cambios en el estilo de vida que mejoran la insuficiencia venosa, y la mayor parte son ampliamente conocidos, aunque también aquí se suelen incluir muchas falsas creencias (como por ejemplo, el mito del agua del mar). El uso de estas medidas también es un buen método para prevenir la aparición o empeoramiento de las varices. Algunas de las medidas que sí resultan de utilidad son:
- Mantener el peso adecuado: el sobrepeso y la obesidad empeoran la insuficiencia venosa, porque el aumento de la grasa abdominal puede dificultar el retorno venoso de las piernas hacia el corazón.

- Evitar ropa demasiado ajustada que comprima las zonas más altas de la extremidad o el abdomen, porque también dificultan el retorno de la sangre.
- Evitar el uso de calzado con tacones altos: el hecho de emplear tacones disminuye la movilidad de la articulación del tobillo al caminar, y por lo tanto se reduce a su vez la movilidad de la musculatura de la pierna en cada paso que damos. Dado que una importante labor de la musculatura de la pantorrilla es “ordeñar” las venas de la misma para favorecer la subida de la sangre que contienen, esta disminución de su función ralentiza el retorno venoso. De hecho, el empleo de tacones altos actúa como si inmovilizásemos el tobillo con una férula de yeso.

- Evitar la bipedestación (mantenerse en pie inmóvil) y la sedestación (posición de sentados) prolongadas, porque esto también enlentece la circulación: hay que intentar interrumpirlas caminando unos minutos de vez en cuando.
- Puede ayudar a descansar las piernas el ponerlas en posición elevada durante un rato, pero no es necesario dormir cada noche con las piernas elevadas: basta con que estén en horizontal para obtener un flujo venoso adecuado.

- Conviene evitar el calor y todo lo que lo produce (saunas, el sol directo en verano, las estufas en invierno…). El calor provoca vasodilatación (aumento del diámetro de las venas) y por tanto empeora la insuficiencia venosa; por el contrario el frío provoca vasoconstricción (disminución de su diámetro) y la mejora, así que pueden ser de utilidad el agua fría, las cremas con efecto frío, etc.
- Practicar deporte regularmente. Casi todos los deportes son adecuados para mejorar la insuficiencia venosa, solamente se desaconsejan aquellos que hagan aumentar mucho la presión abdominal (como el levantamiento de pesas, por ejemplo).

Si tienes interés en conocer mejor esta enfermedad, sus causas, consecuencias, cómo se trata y, mejor aún, cómo podemos prevenir su aparición, lo tienes todo explicado de una forma muy amena en el libro electrónico VARICES: lo que debes saber.