En el artículo de hoy comentaré uno de los tratamientos más antiguos, más extendidos y sin embargo también uno de los más controvertidos: la inyección de las varices para eliminarlas, llamado esclerosis o escleroterapia.
Escleroterapia para varices
La escleroterapia consiste en la inyección de una sustancia en el interior de una vena para causar la inflamación de su pared. Esta inflamación, ayudada por la compresión de las medias elásticas, provocará que las paredes se adhieran y la vena quede cerrada y desaparezca. En esencia se trata de provocar una flebitis química.
Existen distintos fármacos y agentes que podemos emplear para la escleroterapia, y en cada país hay disponibles sólo los que autoriza la legislación vigente. Asimismo la inyección se puede hacer en forma líquida o mezclando previamente el fármaco con aire o determinados gases para transformarlo en espuma, lo cual aporta ciertas ventajas a la hora de tratar venas de determinado tamaño.
Nuevamente en el caso que nos ocupa existe una gran discrepancia de opiniones entre unos cirujanos vasculares y otros. Para unos, la escleroterapia de las grandes venas (incluida la propia vena safena interna) es un procedimiento eficaz y seguro, con el que tratan con éxito las varices. Para otros se trata de una imprudencia, puesto que este tratamiento sería eficaz y seguro en pequeñas venas (como veremos más adelante en el tratamiento de las arañas vasculares), pero en varices mayores de 2 milímetros de diámetro aumenta el riesgo de problemas potencialmente graves.
Los estudios comparativos de que disponemos nuevamente son de poca calidad y no nos permiten afirmar con contundencia quién está en lo cierto. Muchas veces la metodología empleada en estos estudios parece “partidista”, olvidando buscar los efectos secundarios conocidos del tratamiento, y la mayor parte de las veces están realizados por personas favorables a la escleroterapia y no neutrales, por lo que los resultados a priori no parecen fiables. De hecho, los últimos estudios comparativos entre distintas opciones de tratamiento para varices parece que muestran unos resultados desfavorables para la escleroterapia, en el sentido de que la tasa de recurrencias tras el tratamiento es mayor que en otras técnicas (o dicho de otro modo, que tras eliminar grandes varices mediante escleroterapia con espuma es más probable que vuelvan a aparecer pasado un tiempo que si éstas se han tratado con cirugía convencional o con laser, por ejemplo).
Muchos especialistas opinamos (intuitivamente y sin apoyo de la evidencia científica, como se ha dicho) que al inyectar estas sustancias en varices grandes cabe el riesgo de que parte de ellas pueda ir a parar a través de las venas comunicantes y perforantes al Sistema Venoso Profundo, lo que podría provocar una trombosis venosa profunda. También se han documentado determinados problemas a distancia tras realizar escleroterapia de grandes venas, como pequeñas embolias en la retina de los ojos, pero los estudios que presentan los partidarios de este tratamiento suelen ignorar deliberadamente estos efectos secundarios y no los buscan, lo cual levanta muchas sospechas entre los demás especialistas.
Por estas razones, y como afortunadamente disponemos en la actualidad de técnicas de tratamiento poco invasivas (que veremos en próximas entregas), muchos nos vemos impulsados a rechazar este tratamiento cuando se trata de grandes troncos venosos. Sin embargo lo empleamos con gran éxito como tratamiento complementario de varices colaterales y/o residuales tras haber practicado otro procedimiento (una vez eliminadas las principales, con sus correspondientes comunicantes al Sistema Profundo) y, por supuesto, para eliminar las arañas vasculares, como veremos a continuación.
Escleroterapia para arañas vasculares
Cuando hablamos de arañas vasculares distinguimos dos tipos: las varículas (más gruesas aunque siempre menores de 2mm, y de color verde-azulado) y las telangiectasias (muy finas y de color rojo vinoso). Las varículas se pueden eliminar con eficacia y seguridad mediante escleroterapia.
Como hemos indicado, la escleroterapia consiste en la inyección de un fármaco irritante en el interior de la varícula y la aplicación de compresión externa a continuación para conseguir que se cierre. Este punto es muy importante, puesto que la correcta terapia compresiva nos aumenta la probabilidad de éxito y disminuye la de aparición de efectos secundarios. La inyección ha de ser prácticamente indolora; si molesta mucho hay que avisar de inmediato al médico porque es probable que no se esté inyectando donde se debería.
Cuando la venita se cierra, nos interesa que ocurra estando vacía, sin sangre en su interior (cosa que favorecemos al comprimirla). Si la varícula se ocluye llena (atrapando sangre dentro) el organismo se encargará de disolverla y eliminarla, pero este proceso puede dejar una pigmentación de color ocre en esa zona de la piel. Estas pigmentaciones ocurren por depósito de sales de hierro (procedentes de los glóbulos rojos de la sangre al ser disueltos) en la dermis: exactamente lo mismo que se hace a propósito al dibujar un tatuaje. Por lo tanto estas manchas se comportan como los tatuajes: tardan muchísimo en eliminarse (si acaso lo llegar a hacer, no siempre llegan a marcharse por completo). Por eso es tan importante el uso adecuado de la compresión elástica.
La escleroterapia suele tener un resultado razonablemente bueno en conseguir eliminar las varículas tratadas (los resultados son variables dependiendo del fármaco empleado, la aplicación de compresión elástica, la experiencia del médico que la realiza y las características propias del paciente), aunque a veces puede ser necesario realizarla repetidamente porque con una única inyección la vena no desaparezca.
Los efectos secundarios suelen ser poco importantes, aunque este asunto en particular es aconsejable discutirlo con el médico que vaya a realizar el procedimiento porque pueden ser diferentes en función del fármaco que se vaya a utilizar. En general, el que podría ser más grave es la reacción alérgica, riesgo que está presente en cualquier medicamento (y en general es muy poco frecuente en los fármacos más utilizados, especialmente el polidocanol, aunque insisto, puede variar según el que vaya a emplearse). El resto de los efectos adversos suelen ser de tipo cosmético, siendo la pigmentación de la piel el más importante, aunque en general son poco frecuentes.
Existe un efecto adverso conocido como matting, que mencionaré aquí expresamente por tratarse de un caso especial. Consiste en la aparición de telangiectasias pequeñísimas y muy cortas (1-2 mm de longitud) alrededor de la varícula que se ha esclerosado. No es muy frecuente, pero cuando ocurre es consecuencia de la pequeña inflamación ocasionada por la escleroterapia. Este tipo de pequeñas telagiectasias normalmente desaparecen por sí mismas (al menos en parte) al cabo de varios meses. Otra opción que existe sería eliminarlas mediante láser de tratamiento cutáneo.
Hay cientos de videos más o menos sensacionalistas circulando por internet al respecto. A modo de ejemplo citaré uno de ellos que me parece bastante realista, publicado por el Dr. Aécio, para ilustrar el proceso:
Si tienes interés en conocer mejor esta enfermedad, sus causas, consecuencias, cómo se trata y, mejor aún, cómo podemos prevenir su aparición, lo tienes todo explicado de una forma muy amena en el libro electrónico VARICES: lo que debes saber.
Para manchas oscuras después de la escleroterapia, que recomiendan pues ya ha pasafoas e un año u sigue ese mal aspecto
La pigmentación es un efecto secundario bien conocido tras los tratamientos de escleroterapia. Puede ser de dos tipos:
– Melánica, es decir, debido a la acción del sol sobre la zona tratada (igual que podría ocurrir con cualquier tipo de cicatriz). Este tipo de pigmentación a veces mejora levemente con el paso de mucho tiempo (más de un año), pero frecuentemente no desaparece por completo. Se pueden intentar tratamientos despigmentantes, como los que se emplean para las manchas de la cara, pero los resultados no siempre son completos.
– Hemosiderótica, es decir, por depósitos del hierro que contiene la hemoglobina de los glóbulos rojos en el tejido debajo de la piel. Este tipo de pigmentación es el más frecuente y el más típico de los dos, y por desgracia no tiene un tratamiento claro que garantice el éxito. A veces se produce por formación de coágulo dentro de la venta que se ha tratado, pero también se sabe que hay algunas personas con una predisposición genética a sufrirlo. Se han intentado tratamientos con cremas despigmentantes (con poco o ningún éxito) e incluso con láser Q-Switch (el que se emplea para eliminar tatuajes) o algunos tipos de luz pulsada, pero tampoco hay ninguna garantía de mejora.
Por desgracia, las pigmentaciones son un problema todavía no resuelto relacionado con la escleroterapia, que se pueden prevenir en parte con el empleo de la compresión elástica tras el tratamiento, pero aún así hay personas que la desarrollan, sin poder eliminarla luego.