Por contraposición a los tratamientos conservadores, llamamos tratamientos invasivos a los que requieren de una mayor agresividad, pero persiguen eliminar las varices o la insuficiencia venosa (del Sistema Venoso Superficial exclusivamente).
Aquí es necesario hacer una puntualización: aunque conocemos muchos factores que influyen en el empeoramiento de la insuficiencia venosa (la obesidad, el sedentarismo, los embarazos…), la verdadera causa que la provoca (lo que hace fallar al sistema valvular de las venas) no se conoce (se cree que puede ser genética, pero aún no está claramente identificada). Eso supone que cualquiera de los siguientes tratamientos solamente conseguirá eliminar las venas enfermas, pero no la causa que las ha hecho enfermar.
De este modo, si un paciente tiene presente esa causa (desconocida aún) de una forma especialmente intensa, es posible que transcurrido un tiempo las varices recidiven (vuelvan a aparecer). Se estima que la probabilidad de recidiva tras un tratamiento quirúrgico puede ser de hasta el 20% (considerando cualquier tipo de recidiva, desde mínimas hasta completas, y considerando también la probabilidad de su aparición a lo largo de toda la vida del paciente). Esta probabilidad de recidiva es similar para todas las modalidades de tratamiento disponibles, con alguna excepción que puntualizaré en su momento.
La posibilidad de que unas varices operadas recidiven, generalmente es impredecible: no podemos saber a quién le va a ocurrir ni al cabo de cuánto tiempo. Solamente existen un par de supuestos que sí sabemos de antemano:
- Si una paciente joven es intervenida de varices y con posterioridad a ello queda embarazada, su riesgo de recidiva es muy elevado.
- Un paciente afecto de síndrome post-trombótico (y por tanto con varices secundarias), en caso de recibir tratamiento quirúrgico (generalmente contraindicado, por las razones que señalamos en el libro) casi con seguridad las recidivará.
Por último hay que señalar que no todos los tratamientos que se van a exponer a continuación están disponibles para todo tipo de varices ni para todo tipo de pacientes. Es necesario efectuar un estudio venoso correcto, que incluya una ecografía (ECO-Doppler), antes de poder aconsejar qué opciones de tratamiento tiene un paciente, puesto que han de ser individualizadas para cada caso.
Cirugía clásica: safenectomía (stripping)
La cirugía clásica de las varices consiste básicamente en extirpar la vena enferma: puesto que está ocasionando un perjuicio para el retorno venoso de la extremidad, al quitarla su trabajo será asumido por el resto (más importantes y que además siguen sanas) y con ello el problema queda solucionado.
El caso más frecuente es el de la insuficiencia de la Vena Safena Interna (la más importante de las venas del Sistema Venoso Superficial, que recorre la cara interna de la extremidad inferior desde el tobillo hasta desembocar en la ingle). La técnica para extirparla se llama “safenectomía” (o “stripping” en los países de habla inglesa). Esta técnica se inventó en torno a 1905 ( ¡hace más de 110 años! ) y prácticamente no ha sufrido ninguna modificación importante desde 1954 ( ¡más de 60 años! ).

De una forma simple podemos decir que precisa de una incisión en la ingle, para buscar la desembocadura de la misma en la Vena Femoral Común (que es el lugar donde con mayor frecuencia se inicia el fracaso valvular que da origen a estas varices), cerrarla y separarla, y otra pequeña incisión para acceder a la misma vena safena interna a nivel del tobillo o de la rodilla (a veces pueden ser necesarias algunas otras pequeñas incisiones intermedias). A través de la vena se introduce un pequeño dispositivo que nos ayudará a extraerla. Generalmente esta técnica quirúrgica se realiza bajo anestesia general o anestesia raquídea, y muchas veces requiere de una noche de ingreso en el hospital.

Si la vena safena interna tiene varias ramas (venas colaterales) también varicosas, se las elimina con la técnica de microcirugía de Müller o flebectomía (de la que hablaré en la próxima entrega).
Si la vena que vamos a tratar es la Vena Safena Externa, que desemboca detrás de la rodilla, la incisión para desconectarla se efectuará en este lugar. Pero esta vena con frecuencia viaja acompañada de un pequeño nervio que puede provocar importantes molestias con posterioridad si es lesionado (neuritis), por lo que no se suele extirpar toda la vena, sino solamente un pequeño segmento, o simplemente se desconecta sin extirparla.
A continuación os referencio un video de Youtube (propiedad de BupaHealth®), donde la técnica de la safenectomía es explicada mediante una animación. Está explicado en inglés, pero incluso los que no os defendáis bien con el idioma con las explicaciones del párrafo anterior confío en que lo podréis comprender perfectamente:
Abajo os cito otros videos interesantes, aunque esta vez de intervenciones quirúrgicas reales en toda su crudeza (pueden resultar desagradables para la sensibilidad de algunas personas). Todos los videos son propiedad de sus respectivos autores, y advierto de que algunos de ellos contienen material publicitario:
- https://www.youtube.com/watch?v=01giasq-Dys
- https://www.youtube.com/watch?v=FDB4enWlY9Y
- https://www.youtube.com/watch?v=F67xLpD048k
- https://www.youtube.com/watch?v=Pp6I-k98-D4
Los resultados de estas técnicas son razonablemente buenos y además hace varias décadas que se vienen realizando, por lo que conocemos bien lo que podemos esperar a largo plazo. Los principales riesgos de este tipo de intervenciones son, como en cualquier cirugía, la infección de una herida o la aparición de hematomas (ambos más frecuentes en pacientes obesos, diabéticos o con función disminuida de su sistema inmunitario). De hecho los hematomas son bastante habituales (al fin y al cabo estamos quitando venas), por lo que se prescriben una serie de medidas necesarias para minimizarlos: durante el postoperatorio inmediato (varias semanas) hay que emplear medias de compresión elástica y llevar a cabo reposo según ciertas pautas que tiene que indicar el cirujano vascular responsable.
También existe un frecuente efecto secundario que merece la pena señalar: por debajo de la rodilla viaja junto a la vena safena interna otro pequeño nervio que casi siempre se lesiona si la extirpamos por completo. A diferencia de su hermana la safena externa, este nervio rara vez ocasiona problemas importantes: lo más frecuente es que durante unas semanas quede una cierta disminución de la sensibilidad (parestesia o acorchamiento) entre la cara interna del tobillo y el dedo gordo del pie, pero no suele ser dolorosa y se recupera espontáneamente. Solo en raras ocasiones puede ocasionar la neuritis descrita anteriormente (no es imposible, pero es infrecuente).
Después de efectuar una safenectomía interna completa, lo esperable es llevar vida completamente normal al cabo de 3-5 semanas, dependiendo de cada paciente y de la severidad de sus varices.
La safenectomía o stripping, con sus ventajas y sus inconvenientes, ha sido hasta hace pocos años el tratamiento de referencia frente al cual comparábamos los resultados de todas las demás técnicas. Hoy en día, en la mayoría de casos, podemos aplicar técnicas más modernas que ofrecen los mismos o mejores resultados pero con un postoperatorio mucho más confortable. Iré explicando cada una de estas técnicas a lo largo de las próximas semanas.
Si tienes interés en conocer mejor esta enfermedad, sus causas, consecuencias, cómo se trata y, mejor aún, cómo podemos prevenir su aparición, lo tienes todo explicado de una forma muy amena en el libro electrónico VARICES: lo que debes saber.
excelente… de los mejores artículos y bien documentado y soportado con buenos vídeos…!!!