Esta semana explicaré el más eficaz de los tratamientos conservadores, adorado por unos y odiado por otros, pero sin duda el que resulta más útil como tratamiento y también como prevención del desarrollo de las varices, de sus síntomas y complicaciones: las medias compresivas.
Para empezar, aclararemos que es un tema más complejo de lo que parece porque no existe un único tipo de media: las hay de distintas longitudes, distintas tallas y distintos grados de compresión. Por desgracia también las hay de distintas calidades, así que lo más adecuado es dejarse aconsejar nuevamente por el médico especialista.

La media elástica actúa comprimiendo la extremidad de forma desigual: la compresión máxima se ejerce a nivel del tobillo y va decreciendo conforme ascendemos en el miembro. Esta diferencia de presiones favorece el “ordeño” de las venas e impulsa el flujo sanguíneo hacia arriba. Si combinamos a la vez esta compresión externa con la compresión interna (la que hacen los músculos de las piernas al caminar o hacer deporte) aumentamos su eficacia: ésta es la razón por la que aconsejamos caminar o hacer deporte con las medias compresivas colocadas.
Son MUY EFICACES en mejorar o eliminar los síntomas propios de las varices (dolor, pesadez, cansancio de las piernas, edema…). Prácticamente no tienen efectos secundarios (salvo que una persona sea alérgica al látex o alguno de sus componentes, en cuyo caso hay que buscarle una solución especial), y muy pocas contraindicaciones (es decir, muy pocas personas tienen desaconsejado su uso).
Las medias compresivas las podemos emplear como tratamiento por sí mismas, pero también como prevención, o como ayuda complementaria a otro tratamiento en las siguientes situaciones:
- Insuficiencia venosa y varices.
- Complemento al tratamiento postoperatorio de cirugías de varices (o de procedimientos como laser o radiofrecuencia, como veremos en las próximas semanas).
- Tras tratamientos con escleroterapia.
- En el síndrome postflebítico (los efectos a largo plazo de una trombosis venosa).
- Para colaborar a la curación de úlceras varicosas.
- Prevención de trombosis venosas y embolia pulmonar.
- Linfedema y lipedema (se emplea otra clase de media distinta a la que se usa para las varices, con un tipo de tejido diferente).
- Edemas de cualquier otro origen (similar a la anterior, se emplea otra clase de media compresiva, generalmente inelástica).

La manera correcta de utilizarlas es: ponerlas nada más levantarse de la cama, puesto que es el momento del día en que las piernas presentan menos edema (hinchazón) o ninguno (y las venas todavía están vacías por la posición horizontal), llevarlas puestas a lo largo de todo el día y quitarlas por la noche al ir a acostarse. En este momento también es de utilidad el aplicar crema hidratante, lo cual ayudará a proteger la piel alrededor del tobillo, que es la que más sufre las consecuencias de la insuficiencia venosa.
Existe una creencia errónea – o más bien una ignorancia muy extendida – al respecto de las medias elásticas: resulta que las hay de muy distintos tipos, no son todas iguales (¡ni mucho menos!). Del mismo modo que existen medicamentos muy distintos para tratar enfermedades diferentes, también existen distintos tipos de medias compresivas para tratar diferentes situaciones. No solamente se distinguen en la talla, longitud o grado de compresión, sino incluso en la forma de fabricar o trenzar el tejido del que están confeccionadas. Pretender adquirir una media compresiva en la farmacia o la ortopedia sin previa prescripción por el médico sería equivalente a entrar en una farmacia pidiendo “una pastilla”. Si hay cientos de pastillas distintas, ¿a qué medicamento nos estaríamos refiriendo? Algo similar ocurre con estas prendas, dado que existen docenas de modelos distintos, cada cual ideado para tratar una enfermedad distinta. De modo que no todas las medias son iguales, ni cualquiera de ellas sirve para tratar el problema de una persona en concreto.

Por todo ello no es conveniente ir a comprar la primera que nos parezca, sino acudir a un médico especialista en estos temas que sepa cuál ha de prescribirnos.
Una queja frecuente entre los pacientes a quienes se les ha prescrito esta prenda es la dificultad para colocarla. Es cierto que, puesto que es una prenda compresiva, va tan ajustada al pie y a la pierna que muchas veces no es fácil de colocar, especialmente el momento de hacerla pasar por encima del tobillo. Esto se vuelve todavía más complicado en gente anciana o con problemas en las articulaciones de las manos (no las pueden agarrar bien) o en la espalda (no se pueden inclinar bien para colocarlas).



Para colaborar en ello se han diseñado diferentes dispositivos, algunos de ellos realmente ingeniosos, que facilitan muchísimo esta labor. A modo de ejemplo, mostraremos unas imágenes correspondientes a alguna de estas ayudas, y un video de cómo se emplea otra de ellas. Generalmente, estos asistentes para la colocación de las medias se pueden adquirir en las ortopedias o las farmacias (dependiendo del país).

A continuación el video oficial de la propia casa SIGVARIS®, ilustrativo de la facilidad con que se puede emplear este dispositivo tanto para colocar como para quitar las medias compresivas. Está explicado en inglés, pero incluso los que no os defendáis bien con el idioma lo podréis comprender perfectamente:
Con el tratamiento conservador bien llevado a cabo se pueden controlar muy bien los síntomasen la mayor parte de los casos, frenar la evolución de las varices y prevenir sus complicaciones, pero no podemos esperar que con ellos las varices se vayan a curar o a desaparecer. Si lo que perseguimos es eliminar las varices necesitaremos recurrir a alguno (o varios) de los tratamientos invasivos, los cuales empezaré a comentar a partir de la semana próxima.
Si tienes interés en conocer mejor esta enfermedad, sus causas, consecuencias, cómo se trata y, mejor aún, cómo podemos prevenir su aparición, lo tienes todo explicado de una forma muy amena en el libro electrónico VARICES: lo que debes saber.